- Mira tío, ya nacieron los rábanos.
Las plantitas empezaban a salir.
Todas las mañanas iba yo a regarlas.
- Mira tío, ya nacieron los rábanos.
Las plantitas empezaban a salir.
Todas las mañanas iba yo a regarlas.
No corráis, vientecillos,
con tanta prisa,
porque al son de las aguas
duerme la niña.
Nicolás Mangana era un campesino pobre pero ahorrativo. Su mayor ilusión era juntar dinero para comprar unos puercos y dedicarse a engordarl...