¡Lo he comprendido al fin:
oigo un canto; veo una flor;
oh, que jamas se marchiten!
¡Lo he comprendido al fin:
oigo un canto; veo una flor;
oh, que jamas se marchiten!
Llovieron las esmeraldas;
ya nacieron las flores:
es tu canto.
Cuando tú lo elevas en México
el sol está alumbrando.
¡Quién fuera mariposa!
Flor del aire, luciente y fugitiva…
¡Envidio esa existencia temblorosa
No el sol, sino la campana,
cuando te
despierta,
es lo mejor de la mañana.
Sin cesar gotea
miel del colmenar;
cada gota es una abeja . . .
José te dice:
Me llamó José.
Hoy me desperté temprano porque mi hermanita Amparo me cantó “Las mañanitas”.
Brotan las flores, están frescas, medran, abren su corola. De tu interior salen las flores del canto: tú, oh poeta, las derramas sobre...