Llovieron las esmeraldas;
ya nacieron las flores:
es tu canto.
Cuando tú lo elevas en México
el sol está alumbrando.
Llovieron las esmeraldas;
ya nacieron las flores:
es tu canto.
Cuando tú lo elevas en México
el sol está alumbrando.
Marcho al bosque con mi escopeta y mi perro… Enciendo fuego y la luz alumbra los troncos de los pinos.
No el sol, sino la campana,
cuando te
despierta,
es lo mejor de la mañana.
En el momento, ese en que nos damos,
se me olvida tu nombre y mi nombre mujer
y tú te vuelves flora y yo me vuelvo fauna.
Te recorro de norte a sur y de lado a lado,
trepo por tus enredaderas y me detengo,
en la cima de tus dos montañas.
En esta ocasión se comparte esta reflexión de Albert Einstein , que aunque breve, es un pensamiento que hay que tener en cuenta para expand...