Coherencia.
Los enunciados que forman un texto no constituyen una lista arbitraria, sino que están en función de lo que se quiere expresar: un enunciado puede contener información que amplíe, explique, corrija o contraste lo dicho anteriormente. Para conseguir la coherencia textual existen una serie de mecanismos:
a) Tema: Es aquello de lo que se habla o escribe y a lo que se deben subordinar todos y cada uno de los enunciados del texto.
b) Presuposiciones: Se
trata de la información que el emisor del texto supone que conoce el receptor.
Es esencial para que un texto sea coherente para el receptor que el emisor haya
“acertado” en sus presuposiciones.
c) Implicaciones: Se
trata de las informaciones adicionales contenidas en un enunciado. Un enunciado
del tipo “cierra la puerta” contiene, al menos, tres implicaciones: hay una
puerta, la puerta está abierta y el receptor está en condiciones de cerrarla.
d) Conocimiento del
mundo: La coherencia de un texto depende también del conocimiento general de
nuestro mundo que tengamos. Por ejemplo, un enunciado del tipo de “Los pájaros
visitan al psiquiatra” contradice nuestro conocimiento de la realidad. e) Marco:
Se trata del tipo de texto, su finalidad y la situación comunicativa en la que
se produce. Dependiendo del marco, un determinado enunciado puede ser
coherente, aunque choque con nuestro conocimiento general del mundo. Por
ejemplo, el enunciado anterior, “Los pájaros visitan al psiquiatra”, se
llenaría de coherencia en un texto literario de finalidad estética como es la
canción de Joaquín Sabina Pongamos que hablo de Madrid.
Cohesión.
La cohesión consiste
en la dependencia gramatical entre las diferentes unidades que componen un
texto. Como en el caso de la coherencia, existen una serie de mecanismos que
dotan de esta cohesión a los textos:
a) Referencia: Es el mecanismo de alusión a algún elemento mencionado en el texto o a algún elemento de la situación comunicativa. Habrá dos tipos de referencia:
- Referencia
situacional: Algunos elementos del texto remiten a otro elemento de la
situación comunicativa que no está citado en el enunciado: Quiero eso (señalando un objeto allí presente).
- Referencia textual:
Algunos elementos del texto aluden a algo ya enunciado con anterioridad (la anáfora) o que se enunciará con
posterioridad (la catáfora). Pepe
llegó tarde. Él había perdido el autobús. Ya estaban todos allí: Pepe, María,
Juan y Chindasvinto (sí, el de los pelos
color vino tinto) En los ejemplos anteriores, EL es un elemento anafórico,
mientras que TODOS es catafórico.
b) Deixis: Se trata
de un mecanismo lingüístico que señala quién (deixis personal), dónde (deixis
espacial) y cuándo (deixis temporal).
Los deícticos tiene un significado ocasional que dependerá de cada texto
concreto (el deíctico ‘allí’ puede
indicar cualquier lugar). Las herramientas más frecuentes para realizar la
deixis son: Deixis personal: pronombres personales y posesivos. Deixis
espacial: demostrativos y adverbios de lugar. Deixis temporal: adverbios de
tiempo.
c) Sustitución:
Reemplazo de un elemento por otro: Juan dibujó una casa. Pedro dibujó lo mismo.
d) Elipsis: Omisión
de un elemento del enunciado al poder sobreentenderse: Juan dibujó una casa y
Pedro, una oveja.
e) Isotopía: Consiste
en la repetición de unidades lingüísticas relacionadas entre sí por su forma o
su significado. Puede ser de tres tipos:
- Gramatical:
Consiste en la repetición de elementos de la misma categoría gramatical (sustantivos, adjetivos, etc...).
- Semántica y
léxica: Consiste en la acumulación de palabras que pertenecen a un mismo campo
semántico, o bien en la repetición de la misma palabra o de sinónimos.
-Fónica: Se
trata de la repetición de sonidos.
f) Conectores: Son
palabras o expresiones que expresan ciertos significados que presuponen la
presencia de otros elementos en el texto. Como conectores pueden funcionar las
conjunciones, los adverbios o las locuciones adverbiales o conjuntivas. Los
conectores pueden expresar:
- Adición (y, también, además).
- Restricción
(pero, sin embargo).
- Objeción (aunque).
- Temporalidad
(entonces, luego).
- Causa (así, así pues, por eso).
- Consecuencia
(por tanto, por consiguiente, luego).
- Alternativa
(por otro lado, más bien).
- Orden (primeramente, finalmente).
- Especificación
(por ejemplo, esto es, es decir).
Adecuación.
Debemos entender por
adecuación el cumplimiento de las normas que afectan a la constitución de un
texto, bien sea relacionadas con el receptor, con el objeto o con la situación.
Algunas de esas normas serán de carácter general, pero existen otras más precisas
que vienen fijadas por la tradición (como
es el caso del uso de las expresiones de saludo y despedida o de las fórmulas
de tratamiento). Las normas más generales serán las siguientes:
a) Adecuación al receptor, a sus conocimientos, su edad, su nivel cultural, su situación personal o social.
b) Adecuación al
tema: no divagar ni salirse del objeto del texto.
c) Adecuación a la
situación comunicativa, utilizando el registro lingüístico oportuno (coloquial, formal, etc...).
Existen también normas generales en función del tipo de texto elegido (científico, periodístico, etc...).
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