(1478 – 1535).
Fue en su tiempo lo que ahora llamaríamos un intelectual; un hombre de ideas que vivía en un mundo de acción, un hombre brillante en medio de la oscuridad, un creyente en la justicia y la verdad, desamparado en un sistema político carente de una ética social. Un hombre así no puede adaptarse a la realidad, tiene que inventarse un mundo a la medida de su grandeza intelectual y moral.