Llámese gusto al sentido que nos relaciona con los cuerpos sápidos, por medio de la sensación que sobre el órgano destinado a apreciarlos causan. El gusto, que se excita por apetito, hambre y sed, es base de varias operaciones, de donde resultan crecimiento, desarrollo y conservación en los individuos, haciendo que se repongan de las pérdidas originadas por las evaporaciones vitales.
Se ha visto que el amor físico ha invadido todas las ciencias, procediendo en el particular con esa tiranía que perpetuamente le caracteriza. El gusto, como facultad más prudente, más moderada, aunque no menos activa; el gusto, decimos, ha llegado al mismo fin con una lentitud que asegura la duración de favorable éxito.
Por Jean Antheline Brillat - Savarin en Revista Algarabía No. 125 Febrero 2015, p. 43.
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