Los Mixtecas

Comenzaron a desarrollar una esplendorosa civilización al occidente del actual estado de Oaxaca, a partir del siglo VII y la continuaron hasta el XIV de nuestra era. Esa región es boscosa y se cubre frecuentemente de neblina. El nombre de mixtecas significa habitantes de Mixtecapan (lugar cubierto de nubes).


Los mixtecas practicaron la caza y la pesca. También se dedicaron a la agricultura en los valles que se forman entre las montañas.

Se organizaron en pequeños pueblos con sus propios gobernantes. Fueron un pueblo guerrero y se apoderaron de las tierras fértiles de sus vecinos. Se extendieron hacia los valles centrales y septentrionales de Oaxaca, de donde desalojaron a los zapotecas y se apoderaron de sus ciudades Mitla y Monte Albán, y los confinaron a la zona oriente. Llegaron hasta las costas del océano Pacífico y se apoderaron de regiones importantes.

Los mixtecas al igual que los mayas no tuvieron una unidad política sólida. Las ciudades o señoríos que fundaron fueron independientes; tenían enfrentamientos pero también celebraban pactos y alianzas. Algunas de las ciudades mixtecas más importantes fueron Achiutla, Coixtlahuaca, Nochistlán, Tilantongo, Tlaxiaco, Yanhuitlán, Tututepec, Teposcolula, Monte Albán y Mitla.

Los mixtecas recibieron las influencias culturales de sus vecinos más civilizados: los olmecas, los zapotecas y los teotihuacanos. Sin perder su carácter guerrero, lograron asimilar muchos rasgos culturales que más tarde transmitieron a los pueblos del centro de Mesoamérica, como por ejemplo el de los aztecas.

Los mixtecas sobresalieron en la elaboración de códices, la construcción de edificios y tumbas y la fabricación de joyas con técnicas como la filigrana y la cera perdida. En los códices mixtecos se narran hechos de la vida de los reyes, sacerdotes y dioses. En el Códice Nuttall se cuentan las hazañas de un caudillo que vivió entre 1011 y 1063.

Los edificios mejor conservados se encuentran en Mitla y se distinguen por lo maravilloso de sus mosaicos de piedras, perfectamente ensambladas. También fueron notables las ricas tumbas para sus reyes y sacerdotes.

Después que los mixtecas desterraron a los zapotecas de Monte Albán, reutilizaron las tumbas de éstos para sus sacerdotes y reyes. De uno de estos entierros mixtecas es la denominada Tumba Número 7, que el antropólogo mexicano Alfonso Caso descubrió en 1932. Este hallazgo resulto más importante de cuantos se han encontrado de este género en Mesoamérica. Se rescataron más de 500 objetivos elaborados con oro, plata, jade, turquesa y otros materiales muy apreciados. 


Fuente: Supertareas 4, Fernández Editores.








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